Han pasado ya más de seis meses desde que Frontier nos dio las llaves de Planet Coaster 2. Podríamos haber corrido a analizarlo en su lanzamiento, pero consideramos que un juego de esta magnitud pide tiempo, maduración y, sobre todo, ver cómo responde el estudio a la comunidad. Después de más de 20 horas de gestión, construcción y algún que otro quebradero de cabeza, te lo puedo decir claro: la espera ha merecido la pena. Esta secuela es más grande, más libre y, en definitiva, mejor en casi todo lo que se propone, aunque arrastra algún fantasma del pasado que, de vez en cuando, te saca de la fantasía.

Vamos por partes: la libertad por bandera

Si eres como yo y le echaste cientos de horas al primer Planet Coaster, sabrás que la mayor cárcel creativa era su sistema de caminos. Olvídate de eso. La novedad que lo cambia todo en esta secuela es, sin duda, la libertad total para construir. Se acabó la dictadura de los caminitos estrechos. Ahora puedes diseñar plazas enormes, explanadas gigantes y, lo que es mejor, colocar atracciones, tiendas y edificios encima de ellas. Es un cambio que suena simple, pero que en la práctica supone una revolución y nos acerca al realismo que siempre hemos buscado.

A esta libertad se suman nuevas capas de gestión que, lejos de ser un engorro, le dan más miga al asunto. El sistema de electricidad y agua, por ejemplo, te obliga a planificar la infraestructura de tu parque y a pensar a largo plazo. Lo mismo ocurre con el nuevo sistema de seguridad. Contratar vigilantes, colocar cámaras y gestionar la seguridad le da una profundidad que se agradece y te mantiene entretenido con un frente más allá de las finanzas y la felicidad de los visitantes.

Montañas rusas más vivas que nunca (y parques acuáticos, claro)

El corazón de la saga siempre ha sido el editor de montañas rusas, y aquí Frontier ha hecho los deberes. Ya te digo que diseñar una atracción con intercambios de raíles, secciones que se mueven o se elevan es una auténtica gozada. Abre un abanico de posibilidades que va más allá de la simple sucesión de subidas, bajadas y loops. Detalles como los nuevos restaurantes con mesas interconectadas o la personalización de las atracciones demuestran un mimo por el detalle que se contagia.

Y, por supuesto, la gran estrella: los parques acuáticos. No es un simple añadido, es prácticamente un juego dentro de otro. La construcción de toboganes y atracciones acuáticas se siente tan robusta y creativa como la de las montañas rusas, duplicando el contenido y las horas que puedes llegar a invertir.

El diablo está en los detalles (y en los visitantes)

No te voy a mentir, no todo es perfecto. El juego tiene un problema, y es uno que te saca de la inmersión de golpe: la inteligencia artificial de los visitantes. He pasado horas creando caminos preciosos y delimitando zonas con vallas y decoraciones, solo para ver cómo un grupo de gente decide que es mucho más eficiente atravesar una jardinera o un muro bajo. Es frustrante tener que recurrir a trucos, como borrar trozos de camino ocultos, para forzarles a ir por donde deben. Y sí, he toqueteado las opciones de colisión en los ajustes, pero el problema persiste.

Lo más curioso es cuando construyes una gran plaza. Es como si un GPS invisible les hubiera trazado a todos la misma ruta absurda por el medio, ignorando los bonitos paseos que has diseñado. Todos en fila india, como si fueran a una procesión. Es un fallo que desluce el realismo que tanto se han esforzado por conseguir en otras áreas.

Un motor que rinde y un online que engancha

Está claro que el primer Planet Coaster podía poner de rodillas al PC de más alta gama en cuanto tu parque alcanzaba cierto tamaño. Aquí, la cosa ha mejorado una barbaridad. La optimización es notablemente superior y el juego se siente fluido incluso con parques repletos de detalles y visitantes.

Por otro lado, la implementación de un modo online asíncrono me ha parecido un acierto total. No es un cooperativo, sino un sistema de desafíos y tablas de clasificación. Esta competición sana por tener el parque más chulo y eficiente es un motor fantástico para no soltar el ratón y seguir mejorando tus creaciones. Las recompensas cosméticas son la guinda del pastel.

Ausencias que duelen y un futuro prometedor

Después de tantas horas, empiezas a echar cosas en falta. La construcción vertical sigue siendo un pequeño dolor de muelas con las escaleras actuales, que son tediosas de integrar y decorar. La simple adición de ascensores o escaleras mecánicas cambiaría las reglas del juego y abriría la puerta a parques de varias alturas mucho más complejos y realistas. ¿Y qué me dices de un sistema de desfiles? Le daría una vida increíble a las calles del parque.

Además, una de las ausencias más notables es la falta de hoteles. En Planet Coaster original, los hoteles no solo añadían una capa de inmersión tremenda, sino que también eran una parte entretenida y estratégica de la gestión del parque. Su ausencia en Planet Coaster 2 se siente como un paso atrás en la profundidad de la experiencia.

También entiendo que, para los jugadores que no tienen alma de arquitecto y prefieren no pasarse horas en el editor, la escasez de diseños prefabricados en algunas temáticas puede ser un freno. Un poco más de variedad en este aspecto facilitaría la vida a una parte de la comunidad.

Pese a todo, lo mejor es que Frontier no ha soltado el timón. Desde su lanzamiento en noviembre de 2024, el juego ha recibido actualizaciones que han añadido herramientas demandadas por la comunidad, como la demolición por formas, los caminos transparentes o la bendita herramienta de forma circular. Este compromiso demuestra que el equipo escucha, y eso es la mejor garantía de que Planet Coaster 2 seguirá creciendo y mejorando.

Veredicto

Planet Coaster 2 es, sin rodeos, el nuevo rey de los simuladores de parques de atracciones. Coge la base excelente de su predecesor y la eleva con una libertad de construcción transformadora, nuevas capas de gestión muy acertadas y la fantástica adición de los parques acuáticos. Aunque la errática inteligencia artificial de los visitantes puede romper la magia en más de una ocasión y se echan en falta algunas funcionalidades clave, el conjunto es una experiencia absorbente, creativa y tremendamente divertida. Si te apasiona el género, es una compra obligada. Si el primer juego te gustó pero te frustraron sus limitaciones, aquí tienes la secuela que estabas esperando.

Reseña de Planet Coaster 2

8 Excelente

Planet Coaster 2 es una secuela excelente que expande la fórmula con acierto y libertad, aunque con algunas limitaciones y bugs a mejorar.

Lo bueno
  1. Libertad de construcción total con el nuevo sistema de caminos y plazas.
  2. La adición de los parques acuáticos es como un juego en sí mismo.
  3. Las nuevas capas de gestión (electricidad, seguridad) añaden profundidad.
  4. Una optimización técnica muy superior a la del primer juego.
Lo malo
  1. La inteligencia artificial de los visitantes es muy mejorable y rompe la inmersión.
  2. Cierta escasez de diseños prefabricados para jugadores menos creativos.
  3. Ausencia de algunos sistemas y funciones de su antecesor, como los hoteles.

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